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Robert J. Francavilla, socio de CaseyGerry y uno de los abogados litigantes líderes de San Diego, dice que la parte más importante del trabajo es conocer a cada cliente y sus cualidades inherentes como seres humanos, para comprender completamente sus daños y pérdidas. “Creer en las personas a las que represento y tener compasión por ellas me impulsa a luchar por la justicia a la que tienen derecho”, comenta.
Robert se especializa en casos de lesiones personales graves, responsabilidad de instalaciones y diseño de carreteras. Ha manejado, con éxito, una variedad de casos complejos, incluyendo pérdidas trágicas que involucran muerte por negligencia, paraplejia, tetraplejia, quemaduras graves, pérdida de extremidades y lesiones ortopédicas importantes.
Es un abogado litigante altamente respetado, y sus compañeros abogados a menudo solicitan que juzgue demandas a nombre de sus clientes. Robert ha logrado numerosos resultados multimillonarios para sus clientes, incluido un complejo caso de responsabilidad por productos que involucra a un cliente que estaba en una silla de ruedas y sufrió lesiones horribles cuando el mecanismo de asistencia eléctrica de su silla de ruedas falló, lo que provocó que el demandante chocara con un vehículo adyacente. Como resultado, el demandante se rompió la tibia y el peroné y ahora experimenta dolor crónico permanente. Robert pudo asegurar un veredicto de $7.6 millones para su cliente. Fue reconocido como el Abogado Litigante del Año por los Consumer Attorneys de San Diego, por su trabajo en este caso.
Además, Robert ha sido honrado siete veces con el Premio de Abogado Litigante Sobresaliente por Consumer Attorneys de San Diego. Fue nombrado uno de los Mejores Abogados Demandantes en California en 2015 y 2020 por the Daily Journal, Mejor Abogado del Año para 2015 y 2022, “500 Abogados Líderes de Consumidores Demandantes” de Lawdragon para 2019 a 2021, Súper Abogado de San Diego y uno de los abogados de lesiones personales demandantes, destacados en San Diego desde el 2007, así como Mejor Abogado desde 2008.
Robert, que es oriundo de Los Ángeles y ha vivido en San Diego durante 35 años, disfruta pasar tiempo con su esposa Carla y sus dos hijos. También le gusta correr, entrenar con pesas y asistir a las actividades de sus hijos.